lunes, 9 de febrero de 2009

Saúl Seguimiento de Caso


Reconociendo que el seguimiento de caso constituye un recurso adecuado para la formación docente, ya que apoya la adquisición de conocimientos sobre los procesos de desarrollo y aprendizaje de los niños, al tiempo que se desarrolla la habilidad para observar, dialogar con ellos y con sus padres, se realizó un estudio de esta índole y durante las siguientes líneas se presentará el que se le dio al caso de Saúl, alumno del 2º A del Jardín de Niños Tomas Moro. Saúl fue electo para tal estudio pues me llamó la atención su resistencia al entrar al aula, su continua ausencia para el trabajo, la rapidez con la que pierde la atención, su constante soledad durante el tiempo libre y la casi nula comunicación verbal con el resto del grupo.

Él vive en la comunidad de San Pedro, municipio de Tecámac, respecto a los escenarios físicos y sociales en los que se desenvuelve destaca su casa, la cual tiene dos niveles, él vive en el segundo nivel, también existe un patio en el que juega durante su tiempo libre, la casa la comparte con su mamá la señora Jazmín de 26 años de edad, con su hermano Axel (5 años de edad), sus abuelos maternos y cuatro de sus tíos, de los cuales convive preferentemente con la abuela y la mamá.

El señor Alejandro (papá de Saúl) no vive con ellos desde hace tiempo y ve a los niños con poca frecuencia. Sin embargo la mamá toma el papel de padre también, pues desde que Saúl nació se dedicó a trabajar, hasta hace algunos meses que dejó de hacerlo y ahora se dedica al hogar. Durante estos cuatro años de inserción al campo laboral, la señora solía dejar a sus hijos frente al televisor para que no se salieran de casa y se expusieran a los peligros que hay en la calle. Ahora es diferente, ya que la señora permanece todo el día en casa y junto la abuela de los niños están al cuidado de los mismos, por lo que ahora Saúl y Axel tienen como principal distracción salir en bicicletas a jugar acompañados de su mamá. Esta situación de estabilidad emocional en Saúl hace posible que las relaciones con los miembros de su hogar sean mejores, pero en especial con su hermano ya que ninguno de los niños es agresivo, y casi no se pelean y con su mamá pues suele ser muy cariñoso con ella. De alguna manera puede observarse la influencia de los escenarios como formativos de la conducta social, pues determinan el tipo de interacciones que el niño tiene la oportunidad y la necesidad de practicar (Super y Harkness, 1996).

Tanto la señora Jazmín como su mamá (abuela del niño), suelen atender a los niños en todo momento, por ejemplo; A Saúl le gusta jugar con agua, pero si se moja, lo regañan y lo cambian de ropa para prevenir algún resfriado, pues aunque la mamá comenta que el niño come bien, y que por lo tanto es muy sano, la



enfermedad más común en él es la gripe, (pero no se enferma con frecuencia). Y en casos de enfermedad acuden con el médico, cosa que les permitió saber que Saúl tenía un problema interno, pues cuando era más pequeño tuvo una cirugía en el recto, debido a que no podía obrar y esto le ocasionaba dificultades renales, pero desde aquel entonces no ha tenido padecimientos con respecto a esto. Este tipo de prácticas de cuidado están permanentes dentro de las costumbres familiares para prevenir y atender a los menores en caso de riesgo de enfermarse.

Si recordamos algo sobre las etnoteorías, podemos saber que son creencias referidas a la naturaleza y necesidades de los niños, los objetivos familiares y de la comunidad en la crianza (Super y Harkness, 1996), en el caso del Saúl, la mamá considera que su hijo necesita ser más autónomo, más sociable y que construya un sentido de pertenencia al contexto escolar, pues expresa que aun se muestra inquieto y juguetón, perezoso para levantarse por las mañanas, y ante esto se muestra irritable, no es limpio, miente con frecuencia y cuando hace algo indebido, su mamá le pone algún castigo como no ver televisión o no comprarle dulces, pero los castigos no le afectan. Por lo tanto en casa se le atribuyen responsabilidades como levantar los juguetes que utilice y como obligación debe hacer las tareas de la escuela, cosas que se le dificultan con frecuencia, ya que es muy distraído y cuando se le habla parece no escuchar durante las primeras llamadas, la señora Jazmín comenta que le cuesta trabajo concentrarse específicamente cuando tiene que hacer tarea, pues si otra cosa le atrae deja lo que estaba haciendo y se ocupa en ello. Algo similar le ocurre en el salón y pienso que quizá tenga que ver con el escenario social que lo rodeó desde más pequeño.

Apunto de cumplir los cuatro años de edad, Saúl ingresa al Jardín de niños Tomás Moro, actualmente está inscrito en el 2º grupo A, del cuál está a cargo la maestra Leticia. Reciente de haber entrado a la escuela, el niño solía no permanecer en el salón ya que se salía casi todo el día a jugar en los columpios y resbaladillas. O simplemente no regresaba al aula después de recreo. Esto considero que es consecuencia del encierro en el que vivió mientras su mamá salía a trabajar en tiempo atrás, por lo que ahora tiene la necesidad de observar, explorar y experimentar el mundo al que estuvo limitado su acercamiento por su situación familiar.

Físicamente es un niño de 4 años de edad, es de estatura normal con respecto al estándar del grupo, peso regular, de piel morena, cabello oscuro y rizado, tiene ojos medianos, nariz pequeña, mejillas abultadas y boca pequeña. Al parecer tiene peso y talla ideales, no padece desnutrición ni obesidad, pues no presenta ningún signo de ello.

Durante la segunda jornada de observación y práctica pude detectar que ya permanece más tiempo dentro del aula, pero continua mostrándose distraído, pues


mientras la maestra da algunas explicaciones el escribe en el pizarrón, o toma una de las sonajas que hay en el salón mientras los demás trabajan, estando en el aula también suele esconderse en el teatrin, argumentando que está jugando a las escondidillas, yo lo he sacado varias veces de allí para que se incorporara a las actividades, el obedecía en algunas ocasiones con una actitud de resignación, pues nunca mostró agresividad, más bien lo encuentro tímido e inhibido con respecto al resto del grupo. Aún hay ocasiones en las que sigue sin regresar al salón después de recreo y permanece en el área de juegos o en las áreas verdes, hasta la hora de la salida, en variadas ocasiones salí a buscarlo y se resistía a entrar, pero en poco rato lo convencía de ingresar al aula. Después de la comida su mochila es la única que se encuentra tirada en el piso o abandonada a mitad de patio, pues suele no preocuparse por ésta, por sus recipientes o ropa, de ese lado estoy de acuerdo con su mamá quien asegura que Saúl no es completamente autónomo, ya que no se hace cargo de las pertenencias que lleva a la escuela. Al salir al patio a realizar alguna actividad, él inmediatamente se aleja del grupo y se entretiene observando el pasto, las piedras, insectos, etc.

Durante el recreo siempre se encuentra solo, cuando traté de acercarme a él se alejó rápidamente, como si le incomodara jugar con alguien más. A lo largo de las actividades en las que se integró, me acerqué para platicar con él, ya que casi no conversa con sus compañeros, al realizarle algunas preguntas, me di cuenta que aun no enuncia bien todas las palabras teniendo principal dificultad en las consonantes laterales y oclusivas las cuales a su edad ya debieron de haber sido dominadas, además pienso que la pronunciación de las palabras se le dificultan debido a que tiene frenillo. También pude darme cuenta que es muy imaginativo (o quizá sea influencia de la televisión), pues cuando le pregunté que dibujaba sobre lo que la maestra indicó (lo que más les gustó del paseo), me decía que hizo varios helicópteros, castillos grandes y pequeños, entre otras cosas que no pronunció bien.

De acuerdo con lo que la mamá comenta; Saúl es un niño muy cariñoso principalmente con las niñas, pero en el grupo no lo demuestra con facilidad, no se aísla completamente, pero le cuesta trabajo tener comunicación con sus compañeros y parece no importarle tal situación, por ello considero que es necesario trabajar con él la adaptación e integración al grupo y por ende a la escuela en general, pues aunque su mamá comenta que suele buscar compañía de sus iguales, en la escuela no se refleja tal acción y desde mi postura creo conveniente llevar al niño durante un proceso puntual mediante el cual adquiera conocimientos, habilidades y valores que le permitan integrarse y actuar eficazmente como miembro del grupo, a lo que autores como Shaffer denominan socialización en los primeros años y al mismo tiempo promover en él la autonomía y el desenvolvimiento adecuado del lenguaje.

Elizabeth Hernández Tapia

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